Citas del coreógrafo Maurice Bejart

domingo, 3 de abril de 2011

Un minimum d’ explication, un minimum d’ anecdotes, et un maximum de sensations” (un mínimo de explicación, un mínimo de anécdotas y un máximo de sensaciones).

Coreógrafo y bailarín francés (1927-2007), cuyo nombre real fue Maurice Berger, es un referente de la danza del siglo XX. De formación clásica se estudio bajo la tutela de de Madame Egorova, Madame Roussane y Léo Staats. , y trabajó al inicio de su carrera con prestigiosos coreógrafos como Jamine Charrat y Roland Petit.

En 1953 en París, fundó los Ballets de l'Étoile (más tarde conocidos como el Ballet Théatre de Maurice Béjart (1957). Sus innovaciones coreográficas suscitaron problemas en Francia, por lo que en 1959 se trasladó a Bélgica, al Teatro Real de la Moneda en Bruselas y 1960 forma el Ballet du XXe Siècle. y estrena él Boléro (1961) y Messe pour le temps présent (1967). . Es relevante también la labor pedagógica que ha realizado Maurice Béjart a través de su escuela Rudra, nacida en 1992 y con sede en Lausanne, y que encuentra su origen en Mudra, primer centro de danza que el coreógrafo impulsó en 1970 en Bruselas. En 1988 Béjart trasladó su grupo Lausana, Suiza. Actualmente se llama Bejart Ballet de Laussanne, cuyo director artístico es Gil Román.

Durante 27 años, entre 1960 y 1987, Béjart revolucionó el mundo de la danza con espectáculos como Bolero, Canto del compañero errante (creada para Nureyev), Nijinski (para Jorge Donn) o Gaité parisienne (para Víctor Ullate).


La barra es a la danza lo que la columna vertebral al cuerpo: la danza se mantiene en pie gracias a la barra, y cada vez que la danza coquetea con los moluscos hay que regresar a ella.
¡ Ah Los bailarines hasta su muerte deben de seguir trabajando, investigando, hacer sus ejercicios.

Tuve varios maestros. Un bailarín no puede dejar de tenerlos.

Hay que tomar clases diario si se quiere asimilar la técnica y olvidarla, para después vivirla durante la noche sobre el escenario.

Creatividad


Lo que dá forma ala arte coreográfico es más la duración que su belleza plástica. Un gsto puede ser bello y no ser danza.Loque lo convierte en danza es su poryección en el tiempo y no en el espacio.

Se precisa vivir y crear al ritmo de la época.

Hay que buscar más allá de la estética, la estética no es nada. No se hace arte para crear cosas bonitas; se hacer arte porque hay necesidad de gritar algo. " Que esto resulte bonito o no no tiene la menor importancia.

Como a toda forma de arte., le es indispensable a la danza entusiasmar o irritar.

La música es para mí un universo acuático., en el cual me sumerjo y existo.

Algunos ballets han exigido años de gestación, otors an surgido inmediatamente. Unas veces inspiraba en toda una tradición musical o religiosa: me dejaba llevar.Otro punto de partida ha sido una simple visión, al cruzarme con un entierro en un camino desolado del corazón se España, o la risa de tres amigos en el pasillo de un tren, o una muchacha en pleno verano saliendo del agua a mediodía.

De pronto sucede que un ballet ha estado mal danzado. Incluso destrozado.No he sabido estimular a mis bailarines, se han producido errores en la iluminación, la música ha empezado antes, etc. En síntesis, se ha bailado una caricatura de mis intenciones. Y el público ha aplaudido lo mismo. Me siento muy desgraciado. Peo entonces me acuerdo mis convivencias con las prostitutas, y me digo: y bueno este cliente no quería más que eso ha disfrutado. ¡ La gente tiene la necesidad de la danza ¡.

El público es un niño que juega con nosotros. Nos desviste, nos destroza, nos despedaza como una muñeca.
Es muy cruel. Pero es así.
También nos mima.

Bibliografía:
Un instant dans la vie d´autrui de Maurice Bejart, Emecé editores 1982,impreso en Argentina.

El pequeño Bejart ilustrado de Maurice Buchailat y André Bilet, editorial pulbicaciones Llergo, impreso en México, primera edición,1970.

www.ballet.co/uk.index.htm

www.danza.unam.mx ( texto de Gabriela Jiménez.

Fotografías de Univerdanza.

Jorge Doon en Nijinsky en Clown di Dieu,12 de Enero de 1970, Paris, fotografía de Leonard de Raemy, coleccion Sygma.

Profesor Leopoldo Rosales.

Universidad de Colima.













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